“No tienen vino”
La
realidad de la familia y el matrimonio de hoy
Casi estoy seguro, que la mayoría ha
escuchado lo que nos narra el evangelio de San Juan. 2, 1-10. Es un texto
clásico, no solo de este evangelio, sino de la Biblia; se trata del primer
“milagro” (signo o señal en el lenguaje de Juan), de Jesús. El momento crucial
o en el que nos queremos centrar está en los versículos 2 y 3” Sucedió que
se terminó el vino preparado para la boda, y se quedaron sin vino. Entonces la
madre de Jesús le dijo:
«No tienen
vino.»
Algunos puntos exegéticos importantes del
texto a considerar y algunas aplicaciones personales del mismo:
·
Este es el
primero de los 7 milagros o signos
que nos presenta el evangelista Juan que, a propósito de esto, le encanta el
número 7, que simboliza plenitud, totalidad, perfección.
·
Jesús cambia
el agua en vino (los viejos rituales de purificación de antaño, la abundancia
de vino (alegría, gozo) les recuerdan a los judíos los días mesiánicos.
·
Las bodas en
el siglo primero duraban 2, 3 o hasta 4 semanas, por lo que había que tener
comida y bebida para todos durante esos días. Recuerdo la celebración (fiesta
de mi matrimonio que duró entre 4-5 horas), y que algunos meses o años después
seguía pagando algunas deudas creadas a propósito de aquella; ¡imagínese 2
semanas… no, ya llovió!
·
Que se
acabará la comida o el vino antes de lo pactado era una vergüenza (de hecho,
hasta nuestros días lo es) para la pareja que se casaba y para toda la familia.
Aplicado a la vida matrimonial o de pareja, y de acuerdo con muchos terapistas
de parejas, a TODOS se nos acaba el vino (entiéndase, la alegría, el gozo, la
chispa del inicio… el enamoramiento, aquel sentido de plenitud y felicidad que
te provoca el pensar que has encontrado a tu media naranja), tarde o temprano;
algunos hablan de dos años otros dan hasta cuatro, pero igual termina.
·
El rol de
María, la Madre de Jesús y Madre nuestra aparece e intercede por esta pareja y
su situación y hace que Jesús (a quién no le había llegado “la hora”) comience
por petición de Ella; que siempre está al pendiente. Que privilegio para los
matrimonios, católicos y no católicos; saber que no solo tenemos una madre en
el cielo, sino que está realmente al pendiente de nuestras necesidades y se las
comunica a su hijo, el único que puede dar vino nuevo a nuestra relación.
En las últimas décadas han pasado un sin número de circunstancias que han
hecho que la vida de pareja y de familia se nos complique muchos más. Aquí les
presento algunos momentos relevantes de las últimas décadas:
La FAMILIA en los 40’s y 50’s: El padre era el que trabajaba y proveía
el sustento; la madre es su mayoría y esto prevaleció por algunas décadas más
en nuestros países, era “ama de casa” 100 %. Los roles en la familia estaban
muy claros y definidos. A causa de la II Guerra mundial la mujer tiene que trabajar
(por que se queda viuda o sola) y avanza en la educación. La TV hace su
aparición y aunque no es mala en sí misma, hace sus estragos en el matrimonio y
en la dinámica familiar, hasta nuestros días.
La FAMILIA en los 60’s y 70’s Es tiempo de revolución, de rebelión en
todos los niveles (tiempo de los hippies, yuppies, duppies y todo lo que
termine en “uppies”.) Se comienza a hablar de preferencia sexual, hoy es una
locura y el extremo lo de la cuestión de la ideología de género. En Estados Unidos (y unos años más tarde en
nuestros países latinoamericanos) se legisla sobre el divorcio y por esta razón
la tasa tiende a subir. Para los 70’s hay entre el 50-60 % de mujeres
trabajando. Hace su aparición la guardería (Day Care) que se ha convertido en
una empresa millonaria en nuestros días. Y como hay dos sueldos en la familia, se
tiende a un cierto materialismo. La tecnología avanza: La TV a color, el VCR,
el Atari (los video juegos) y el Micro-ondas cambian la dinámica familiar, su
manera de entretenerse y de comer.
La FAMILIA de los 80’s y 90’s. Aparecen los asilos de ancianos o “Nursing
Homes.” Puesto que pasamos trabajando ambos, no se puede cuidar a nuestros
padres ya ancianitos. Lo peor de la situación es que los estudios revelan que
cada vez la edad que los hijos meten a sus padres a un asilo de ancianos ha ido
disminuyendo seriamente. Los Baby
Moomers están a la baja y la generación X y Y a todo lo que da. El número de
hijos en un matrimonio decrece, de hecho, se habla de no tener hijos del todo
por opción. Ansiedad y Depresión a la orden del día, son dos enfermadles súper
socorridas (una por tener la vida anclada al pasado por bueno o por malo y otra
por vivir preocupado por el mañana. La
taza de divorcios se dispara, entre 40 – 60 % se divorcian en un periodo de 10
años.
La FAMILIA de los 2000’s hasta ahora. Los “Reality SHOWS” abunda (un mundo de
opinión), a menudos nos presentan lo peor de nosotros como seres humanos, pero
gozan de una popularidad impresionante. Las redes sociales se abren paso y
crecen descomunalmente y no nos da tiempo de ajustarnos y saber que hacer al
respecto, como esposos y como papás. La accesibilidad de los dispositivos
móviles nos hace que el tiempo para compartir como pareja y como familia sea
muy complicado. La taza de divorcios después de alcanzar casi un 70 % (En
Estados Unidos), comienza a disminuir, pero no cantemos victoria, no es que hay
muchos quedándose casados, sino que la tasa de nupcialidad se desploma, los
jóvenes ya no quieren casarse y comprometerse.
Y todo esto… ¿a mí y a ti qué? Y sería
bueno preguntarnos:
1.
¿Cuándo fue la última vez que salimos
juntos (como pareja) a cenar, a bailar, al cine, etc.?
2. ¿Cómo está su relación de pareja y con sus hijos?
3. ¿En qué nivel están nuestro tanquecito de vino o de plano lo tengo vacío?
Compártalo con su esposa(o) para ver ¿dónde
estamos y cómo podemos avanzar? Mientras le pedimos a Dios que nos dé un
corazón grande que nos lleve a amar a los nuestros, y sabiduría y la serenidad
para amarnos entre nosotros (esposos, hijos, familia, etc). Aún en medio de las
dificultades y la realidad que muchas veces nos sobre para. Pedimos a nuestra
madre del cielo que esté al pendiente y lleve nuestra necesidad y nuestra
oración a su hijo Jesús, en su nombre pedimos todo esto a nuestro padre del
cielo. Amen.
Por José Juan y Alba Iris Valdez
Correo: valdeus77@gmail.com
Correo: valdeus77@gmail.com
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