miércoles, 23 de marzo de 2016

Las Etapas del Matrimonio

Las Etapas del Matrimonio.

Basado en la experiencia de observar por un buen tiempo diferentes matrimonios de diversas edades y etapas, nos damos cuenta, que al igual que pasa con el desarrollo humano, en su infancia y en su edad adulta, en el que se hacen presentes diferentes etapas descritas y estudiadas por algunos especialistas en el área como Sigmund Freud, B. F. Skinner, Jean Piaget, etc.,  Según Michelle Weiner-Davis, el matrimonio también pasa por algunas etapas de desarrollo y ciertas crisis más o menos predecibles. Sin embargo, debido a que la mayoría no estamos familiarizados con las montañas y los valles del matrimonio, estos periodos  de transición de etapa en etapa son malentendidos y casi siempre causan reacciones más o menos desproporcionadas. A pesar de esto, existen parejas que saben sobrellevar los periodos difíciles, generalmente los brincan y salen del otro lado  con un amor más firme  y profundo, además de un compromiso renovado con su cónyuge. Esa es la razón por la que queremos presentarles estas etapas.

Primera Etapa: Prevalece la PASIÓN.
Todo es color de rosa… no lo puedes creer, encontraste a tu “media naranja” Tienen “tanto en común”: Los mismos pasatiempos (hobbies), música, restaurantes  y películas. Dicen las cosas al mismo tiempo. Pueden terminar las frases el uno del otro. Pueden pasar horas en el teléfono, para luego entrar al “cuelga tu… no tú, no tu… a la 1, 2, 3… ¿Sigues ahí? Cuando alguna cosa “pequeña” que no te gusta sale a relucir, generalmente la olvidas pronto, la racionalizas, le das poca o ninguna importancia.  En ningún otro tiempo o etapa de la relación el sentimiento de bienestar y el deseo físico del uno al otro es tan intenso como lo es en esta etapa de romanticismo.  La novedad y la emoción de la relación estimulan la producción de diferentes químicos (endorfinas y otros) en nuestro cuerpo que elevan nuestros niveles de energía, actitudes positivas, además de la sexualidad y la sensualidad.  Mientras esto sucede se produce un estado de euforia; es que deciden a  comprometerse a compartir el resto de sus vidas juntos.  Y se casan. 

Segunda Etapa: ¿En qué estaba pensando?
El final de la primera etapa da paso a un inevitable aterrizaje a la realidad. Esta etapa es de alguna manera la más difícil, porque es dónde se experimenta la caída más grande. Después de todo, ¿Cuántos kilómetros de distancia hay de la nube más alta a la desilusión? Para los principiantes, la realidad los asienta. Te comienzan a molestar hasta las cosas más pequeñas, te das cuenta que a tu esposa/o le huele la boca o los pies; que pasa demasiado tiempo en el baño, que no usa apropiadamente la pasta de dientes y que nunca deja la tapa del baño de manera apropiada… etc., etc., etc.  Aunque un día pensaste que tú y tu esposa/o eran “almas gemelas” ahora te das cuenta que hay muchas, muchas  diferencias  entre ustedes.  Te sientes  confundido/a.  Alegan de TODO.  Es en este momento cuando recuerdas que hiciste un compromiso para “toda la vida”, y comienzas a entender finalmente el significado de ETERNIDAD.  Irónicamente, es justo en medio de esta etapa, en la cual, experimentas y sientes todos los contras y problemas con él/ella, que tienes que hacerle frente a algunas de las decisiones más importantes y a la vez difíciles en sus vidas, tales como: el tener o no tener y cuándo tener hijos, dónde vivir, quién se hará cargo de la familia, quién se encargará de los pagos, cómo usarán o en qué, o con quién su tiempo libre, qué lugar tienen los suegros y el resto de la familia en sus vidas y quién se encargara de cocinar y otras muchas más.  Justo cuando el espíritu de trabajo en equipo hubiese caído como anillo al dedo, es cuando más se sienten como oponentes o contendientes. Entonces comienzan a invertir el tiempo y esfuerzo de la siguiente década (más o menos) a que tu compañero/a cambie, lo que hace que detone o entre en escena la tercera etapa.

Tercera Etapa: Todo sería maravilloso sí tu cambiaras.
En esta etapa del matrimonio, la mayoría de las parejas piensan que hay dos maneras de ver las cosas. La manera de tu esposa(o) y la tuya, también conocida como  “la manera correcta.”  Y en lugar de hacer una lluvia de ideas creativas, las parejas constantemente pelean tenazmente hasta lograr que su pareja reconozca que está equivocada. Esto sucede porque cada punto de desacuerdo es una oportunidad para definir el matrimonio. Una y otra vez, ambos se niegan a cambiar su manera de pensar o de actuar. Este es el tiempo cuando muchos enfrentan  varias opciones en el matrimonio, tres son las más socorridas: 1. Convencerse de que ya ha tratado absolutamente TODO y se dan por vencidos. Se dicen a sí mismos, que se les ha terminado el amor o que se casaron con la persona equivocada y entonces se divorcian.  2. Otras personas se apartan a sí mismos/as del Status Quo y deciden comenzar a vivir una vida separada (bajo el mismo techo, pero cada quién hace su vida). 3. Sin embargo, también hay algunos que deciden que es tiempo de comenzar a investigar maneras más saludables y agradables de interactuar. Aunque esta última opción requiere un salto mayor de voluntad y de fe, aquellos que optan por esta oportunidad, son los afortunados por que la mejor parte del matrimonio aún está por llegar. 

Cuarta Etapa: Es que así es Él/Ella.
En la cuarta etapa, finalmente se alcanzan acuerdos con la convicción, que de hecho nunca verán todo con los mismos ojos y que debemos encontrar las formas para “llevar la fiesta en paz”. Comenzamos a buscar al otro para que nos de sus sugerencias, se busca consejería espiritual, se habla con amigos cercanos y con familiares, se atiende a terapia familiar o de pareja, se leen libros de auto-ayuda, o se toman seminarios sobre relaciones familiares. Aquellos que son más introvertidos y privados buscan soluciones en su propio interior. Con más disposición perdonamos a nuestro cónyuge por sus berrinches y por ser cabezas duras, y reconocemos que uno mismo no es tampoco “una perita en dulce.”  Cuando sucede un desacuerdo, se hace un esfuerzo doble para ponerse a sí mismo en los zapatos de nuestro cónyuge (empatía).   Reconocemos que como todo en la vida, tenemos que aceptar las cosas buenas y las malas. Las peleas suceden con menos frecuencia y cuando suceden ya no son tan intensas o emocionales como eran en los primeros años del matrimonio. Y porque son lo suficientemente inteligentes y maduros para llegar hasta esta etapa, cosechamos los beneficios de la quinta y última etapa. 

Quinta Etapa: ¡Al fin juntos y para siempre!
Es realmente una tragedia que un porcentaje alto de las parejas que se casan nunca llegaran a la quinta etapa, cuando todo el dolor y el trabajo duro de las primeras etapas comienza a redituar. Dado que ya no estás metido en el problema de definir quién eres y como “debería” de ser el matrimonio, hay más paz y armonía. Tu cónyuge una vez más te empieza a “gustar”.  En esta etapa, ya han compartido una historia juntos. Y aunque ambos están de acuerdo que el matrimonio no ha sido fácil, te sientes orgulloso de haber pasado las tormentas. Aprecias el sentido de compromiso de tu cónyuge, que ha provocado que su matrimonio haya durado. Te sientes más seguro/a contigo mismo/a y comienzas a apreciar y a valorar las diferencias que existen entre ti y tu cónyuge. Y aquellos que no aprecias, encuentras la manera de aceptarlo. Si tienen hijos, lo más seguro es que ya están  grandes y son generalmente independientes, lo que les permite enfocarse una vez más en el matrimonio y vuelven los sentimientos de los viejos tiempos. ¡Has completado el proceso!


CONCLUSIÓN
Estoy seguro que si más parejas se dieran cuenta que al final del Arco Iris hay algo de gran valor (un tesoro) se  repensarían las situaciones cuando las cosas no marchan bien. Un problema es que, la gran mayoría piensa que cualquiera que sea la etapa en la que se encuentran, es dónde estarán para siempre. Pero es importante recordar que nada, NADA es para siempre. Que hay estaciones para todo en la vida, incluyendo el matrimonio. Entre más sabio y más maduro/a seas, más te das cuentas de esto. Y entre más te des cuenta de esto, más será el tiempo que tú y tu cónyuge disfruten en la quinta etapa… ¡Al fin, juntos y para siempre!




Editado y presentando 
por José Juan y Alba Iris Valdez

  

La Tenaza del Destino.

La Tenaza del Destino
“Si nos dejamos atrapar Por este nuevo monstruo de las Sociedades modernas...Será demasiado tarde”

Cuando era pequeño recuerdo haber sido un niño que pasaba gran parte del tiempo observando películas donde los gigantes monstruos hacían de las suyas en las grandes urbes, Gotzila, Ultraman, Ultra Seven, King Kong, entre otros… eran la fascinación de chicos y grandes. Películas como Tarántula, El ataque de las arañas entre otras, sirvieron de inspiración a nuevas generaciones de directores donde gracias a las computadoras hoy podemos ver cosas increíbles en las pantallas del mundo entero, dirá usted querido lector que tiene que ver este comentario con lo que abordaremos en este tema, tenga usted algo de paciencia y se dará cuenta en lo  que quiero profundizar, puedo afirmar que el común denominador de todos estos guiones de destrucción se reducían a lo mismo en todas y cada una de las tramas, “una criatura descomunal que atenta contra nuestras más poderosas estructuras y que en un momento de caos encierra a la humanidad sin posibilidad de escape o de salida alguna”, ¿acaso ....no es así ?, Pues de la misma manera sucede con la tenaza del destino.
  
La tenaza del destino es un término psicoterapéutico que encierra toda una situación en torno a nuestra forma de vida, la manera como afrontamos los problemas, y la forma como nos desenvolvemos ante los demás, hoy podemos afirmar que un porcentaje muy alto de la población le atemoriza enfrentar sus más profundos dolores, las heridas de su pasado, así como sus complejos y miedos, no se dan cuenta que están siendo devorados día a día, hora tras hora y minuto a minuto por esa tenaza implacable que tarde que temprano acabara por encerrarlos en una depresión físico emocional.

El alcohólico por ejemplo, le cuesta trabajo aceptar que padece de una enfermedad incurable, el drogadicto es inconsciente de su mal que aqueja a su organismo, aquel que no controla sus impulsos y sus rasgos de carácter no percibe el daño que hace a los que lo rodea, el joven rebelde que se fuga constantemente por medio del don donjuanismo o una  ninfo manía, no se da cuenta de que tiene un serio problema de personalidad, en fin cuantas desviaciones y situaciones complejas humanas las cuales tarde que temprano muestran una situación que afecta sus vidas y las de los demás, esta situación si no es afrontada a tiempo no habrá más remedio que caer en la trampa de su implacable tenaza del destino.

La vida mi querido amigo lector, nos presenta en diferentes momentos y etapas de nuestro crecimiento y desarrollo, experiencias, situaciones y alternativas para resolver dichos conflictos, puede ser por ejemplo una corrección temprana de los padres, un consejo de un maestro o autoridad competente, las crisis las cuales son excelentes oportunidades de cambio por mencionar algunas, otras personas se dan cuenta de su situación y recurren al apoyo de procesos psicológicos, espirituales o terapias de grupo, retiros, seminarios los cuales son recursos que el mismo hombre ha creado con el fin de corregir el modo de actuar y el conflicto o la situación que estamos viviendo.

En el mejor de los casos, existen seres humanos que son conscientes de su situación de vida, son tenaces en la búsqueda de una solución y son capaces de afrontar la situación cueste lo que cueste así sea muy grande el esfuerzo que tengan que afrontar, por desgracia existen los casos contrarios, de individuos que cierran los ojos ante la realidad de su problema, y son presa fácil de la tenaza del destino.

Momento a momento,  la vida nos presenta en distintas etapas de nuestro crecimiento un espacio de reflexión interior que nos permite corregir el rumbo que llevamos; al no considerarlo, la tenaza va creciendo conforme vamos avanzando, en otra época de nuestra vida se nos volverá  a presentar una oportunidad, y si la dejamos pasar de largo entonces dicha tenaza avanzara cada vez más, así sucesivamente hasta que llega el día en que  termina por envolvernos a tal grado que cada vez será más complicado resolver tal situación.

Es lógico pensar que será siempre más fácil resolver los conflictos a temprana etapa, cuando comienzan, piense usted que es mucho más fácil disipar en las primeras etapas una situación de alcoholismo o tabaquismo; aquel adolescente que presenta una situación de drogas tiene mayores posibilidades de cura que un hombre de edad avanzada el cual es muy difícil cambiar sus patrones de conducta de años atrás, detener a temprana edad la tenaza del destino,  es imprescindible para el mejoramiento del estado de vida de la persona.

Es asombroso observar las diversas oportunidades que tenemos los seres humanos en la vida para poder cambiar el rumbo de nuestro conflicto interno, en promedio se pueden presentar un número infinito de soluciones para dejar de actuar tal y como lo vamos haciendo. Observe a continuación este esquema:




Si no aprovechamos las miles de oportunidades que nos da la vida para afrontar nuestro problema, buscar un apoyo para solucionarlo, encararlo y resolverlo tarde que temprano seremos devorados por esa tenaza la cual es causa de dolor angustia , muerte o enfermedad y depresión, pensemos en algunos casos de personas que han sido devoradas por esta tenaza del destino; piense usted en un indigente de la calle,  un adicto recluido en algún hospital, un condenado a cadena perpetua en la cárcel, o simplemente un Papá abandonado por los suyos a causa de sus deslices e infidelidades, existen, son personas reales de carne y hueso y que andan por el mundo dando pena y causando más dolor a los seres que los rodean, son personas que no hicieron el más mínimo intento por defenderse de esta tenaza del destino.

Quizás hoy sea el día en que usted leyendo este sencillo articulo pueda darse cuenta de que si no para en este instante,  quedara más aprisionado por esta tenaza, si hoy ha reflexionado y desea hacer un alto, adelante, no tenga miedo hoy la vida le presenta una vez más una oportunidad para no complacer  esa lujuria, a ese vicio, esa adicción o ese carácter que lo daña a usted y por supuesto a los más allegados a usted, hoy puede ser ese preciso momento que le depara la vida para poder cambiar la manera como ha llevado hasta ahora su propio acontecer de angustia o de dolor.
  
Concluyo con algunos puntos que pueden ayudarle ha hacer un alto ante la tenaza de su propio destino:

  • Busque un lugar solitario y dese el tiempo suficiente para reflexionar en su vida, recuerde que debe estar a solas consigo mismo.
  • De ser posible retírese al campo cerca de la naturaleza esto le hará estar en contacto con otros elementos que lo ayudaran a profundizar en su yo interno.
  • Busque en su interior el primer momento en su infancia o adolescencia en que usted presento ese problema que aún no ha podido corregir.
  • Haga una lista  de relación comparando las situaciones en que se vuelve a presentar el problema, que experimento cuando desea fumar, beber, comer compulsiva mente, etc.
  • Reconozca que esto ha afectado su vida y la de los demás y busque una actitud contraria para resolver el conflicto.
  • Haga un hábito, un cambio de actitud, los verdaderos cambios solo se dan con hábitos asertivos repetitivos, y constantes.
  • Hágase acompañar de un amigo, un confidente, puede ser su esposa o alguien que con gusto quiera acompañarlo en su proceso de cambio.
  • Transmita esta enseñanza a otros esto lo ayudara a comprometerse con su cambio.
  • Cuando vuelva a caer no se angustie persevere y lograra dejar esa actitud que lo lastima
  • Lleve un diario, una bitácora, donde pueda darse cuenta de sus avances a lo largo de su vida.

Esto forma parte de un proceso largo pero que dará a lo largo buenos  resultados para poder ser diferentes en nuestra forma de ser y de actuar, son pequeños pasos con los que puede usted empezar un proceso de encuentro consigo mismo, y mejor relación con los demás.

La tenaza puede detenerse.... solo y cuando usted quiera hacerlo para su propio bien, cuando se aferre a la fuerza de la voluntad.

Escrito por: Manuel Lule



  

Barreras de Comuniación

Barreras de Comunicación

La comunicación para el ser humano es vital, somos seres relacionales, hablar no es simplemente comunicar, es en esta acción existe una donación de la persona en forma total y es ahí donde la comunicación se convierte en algo muy valioso en: complementariedad.

Nos completamos a través de los otros y esto permite persona madurar, crecer, fortalecerse. Todo esto es lo bello de la comunicación, sin embargo existen algunas barreras que la limitan. Es importante conocerlas para poder lograr cambios positivos. Una de estas barreras es el Protagonismo; inconscientemente la persona se siente dueña de la comunicación y desea protagonizarla en el papel estelar pero hay otros en la conversación que también quieren ese papel estelar, provocando que la comunicación fluya a medias, provocando mensajes erróneos o malinterpretados, sentimientos de frustración, etc.

¿Te has encontrado en esta situación? 
¿Has jugado el papel del protagonista?

Este tipo de error de la comunicación se da en la lucha del poder, se puede de una manera sencilla, como en los negocios donde ambos busquemos ganar-ganar y sobre todo con humildad, solo así se podrá dar la complementariedad donde realmente el yo fluye hacia el tu y tu hacía el yo.

Complementariedad: Características propias que completan o
perfeccionan a otra persona. Por lo general son las diferencias las
que completan. Por ejemplo: el varón y mujer se complementan, pero
no solo se da en la relación de pareja, también en amistad, padre-hijo, etc.

Escrito por: MCF Claudia Ruíz



  

viernes, 4 de marzo de 2016

Tropezar de nuevo con el mismo conflicto

Tropezar de nuevo con el mismo conflicto… puede ser una oportunidad.

A veces se nos dificulta aprender de los conflictos en nuestras relaciones, especialmente; cuando se trata de nuestros seres queridos más cercanos, hermanos, padres, hijos, etc. Debido a que se traen patrones aprendidos de la infancia que nos acompañan a lo largo de la vida, nuestro lenguaje y contexto que se estamos viviendo; se da que las discusiones y los problemas estacionados sin resolver, se van volviendo incluso heridas en el corazón y que se ven reflejadas en nuestra convivencia del día a día.



Aquí ponemos algunos consejos para manejar mejor estas situaciones que más que conflictos son una forma de aprender a superarnos:


1. Conocerte a ti mismo: Si tu contexto es que estás sensible o cansado, enfermo o distraído por alguna preocupación, a la hora de una discusión, tu mente está en estado de alerta y se le dificulta poner total atención en la otra persona. Y si estás irritable, posiblemente, necesites retirarte un momento, descansar o respirar profundamente, antes de responder con un mecanismo de defensa que pueda dañar tus relaciones. Lo mejor es cuestionarte a sí mismo y tener paciencia, ¿qué me está afectando?, ¿qué pudiera aprender de esta situación?, ¿cuál es la intención de lo que quiero decir?, ¿me siento ofendido o estoy sereno para pensar?, ¿puedo esperar a otro momento para resolver este conflicto o no? 


2. Las emociones cambian tu percepción: Cuando las emociones están controlándonos en vez de que nosotros las controlemos, estamos permitiendo que  se empiecen a desbordar en nuestro interior. Llegará un momento en que posiblemente, explotemos y nos descarguemos en alguien cercano. Este nivel de estado de alerta o estrés nos impide percibir el contexto de nuestro entorno, de las situaciones y las personas. Posiblemente la percepción que tenemos nos haga pensar exageradamente en el conflicto y esto incrementa la carga emotiva. En nuestro diálogo interno se escucha: "si hubieras o hubieses, nunca me escuchas o siempre te diriges a mí sin respeto...". Lo cual dramatiza en vez de empatizar y buscar la compasión que necesita la otra persona debido a su contexto. 


3. En las relaciones lastimadas se necesita hacer treguas. No significa que no continuemos buscando posibles soluciones a los problemas, sino, solo darnos un respiro es sano para nuestras relaciones. A veces, basta la sana convivencia para relajarnos como familia saliendo a áreas abiertas fuera de casa, caminar o salir al jardín en la noche antes de dormir y contemplar las estrellas. Sin tratar de guardar las posturas con respecto a los problemas que bien se conoce que se están suscitando en casa, sin criticar o hacer comentarios irónicos. El simple contacto visual, una sonrisa, una palmada en el hombro o simplemente compartir el espacio físico en esos momentos puede ser de gran ayuda. 
 


Escrito por: Elsy Acatitla