miércoles, 8 de mayo de 2013

¡GRACIAS PORQUE EXISTES!




AGRADECIMIENTO:"¡Qué bueno que tú existas!"







Marcel Marceau, el gran artista del mimo, había concluido su espectáculo entre interminables ovaciones de un público entusiasmado. Ya instalado en el camerino, sudoroso y fatigado, se dedicaba a ir eliminando hasta el último resto del maquillaje que le cubría el rostro. Fuera, ante la puerta, guardaban cola un serie de admiradores y varios periodistas, a la espera de poder conversar un poco con el famoso personaje. Y de pronto, vieron a una viejecita, que salía de no se sabe dónde, avanzando lentamente con la ayuda de un bastón. Abrió la puerta del camerino sin preocuparse de llamar y sin pensar un instante en todos los que aguardaban su oportunidad de pasar, y penetró en el interior. Refiere uno de los periodistas, que lo que presenció desde fuera, que la anciana llegó hasta el artista y se limitó a decir:

-Gracias, Marcel, por existir.

Y declarado eso, dio media vuelta y abandonó el camerino con la misma parsimonia con la que había aparecido.

Es curioso, pero las palabras de la abuela coincidían con la conocida definición de amor del filósofo Joseph Pieper: "Amar es exclamar continuamente ante el ser amado: "¡Qué bueno que existas!"

Documentos de apoyo | Base documental de Catholic.net

Anécdotas y Virtudes
Autor: Julio Eugui