martes, 29 de agosto de 2017

¿A dónde nos conducirá dejar que Dios nos conduzca?



¿A dónde nos conducirá dejar que Dios nos conduzca?.





“Contrariamente al animal, el hombre carece de instintos que le digan lo que tiene
hacer y a diferencia de los hombres del pasado, el hombre actual ya no tiene
tradiciones que le digan lo que debe ser. Entonces ignorando lo que tiene que hacer
y ser, parece que ya no sabe que quiere en el fondo…entonces quiere lo que los
demás hacen, o bien, solo hace lo que los demás quieren de él” 
(V.Frankl.2014)

Los seres humanos somos más de lo que parecemos. Pero estamos distraídos por la tecnología, queremos todo rápido, buscamos bienestar, poder, reconocimiento; educamos con normas más rígidas que humanas; nos hemos creído que la ciencia puede ocupar el lugar de la religión: el aborto, la eutanasia, etc., y nos movemos en el mundo como si éste hubiera sido inventado y creado por nosotros, sin embargo, muchas veces no sabemos lo que queremos ni lo que sentimos. ¿Qué necesito?

Estamos educados y llenos de información permanente de lo que se debe hacer y de cómo debemos ser. Dejamos que algunos medios de difusión, la cultura, el ambiente, la moda, entre otros, nos influyan cotidianamente y es fácil creer todo lo que nos dan como papilla fácil de digerir para ser y vivir.

Cuando me pierdo a mí mismo, cuando saco a Dios de mi vida creyéndome todopoderoso, cuando pierdo el equilibrio entre lo que quiero y debo se cae en el vacío, en el sin sentido, en la desesperanza.

Se nos olvida que no solo somos algo, sino alguien, que somos la única creatura de la tierra que ha sido amada desde antes de nacer, por si misma. Que somos libres, que hemos sido llamados a participar de la vida de Dios: al amor y a la creación de vida.

Mi invitación es a atreverse a despertar al mundo, siendo solidarios, protegiendo y cuidando nuestra casa que es la tierra, despertar al otro, viviendo con respeto, comprensión, compasión; despertar a nosotros mismos, creyendo en mis potencialidades, perdonándome mis errores, aprendiendo de los fracasos, agradeciendo los dones que Dios me regaló; y por último, despertar a la Trascendencia: a DIOS, confiar en Él, Amar el misterio de la vida, enfrentar el sufrimiento.

¿A dónde nos conducirá dejar que Dios nos conduzca?


Por Miriam Herrera V.
Diplomada en Teología, del CETAY
Especialista en Filosofía Antropológica, del CETAY
Especialista en Logoterapia.
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario